Aunque el balance es por el momento provisional, 30 policías murieron en un ataque de la milicia congolesa Kamuina Nsapu que comenzó ayer en la provincia de Lomani, en el centro del país, y continúa hoy, confirmó a Efe el gobernador de la provincia, Patrice Kamanda.
La violencia en la región de Kasai aumentó después de que las fuerzas de seguridad mataran el pasado agosto al líder de la milicia Kamuina Nsapu, en el área de Tshimbulu.
Desde que esta violencia a gran escala estalló, más de 400 personas han muerto y unas 200.000 han sido desplazadas de sus hogares, según la ONU.
Fuerzas de seguridad del Estado "respondieron en ocasiones con fuerza excesiva a la milicia, disparando innecesariamente a presuntos miembros de milicias o partidarios, entre ellos mujeres y niños", denunció hoy la ONG Human Right Watch en un comunicado.