El presunto ataque químico que causó más de 70 muertos en una ciudad rebelde del noroeste de Siria demuestra que los "crímenes de guerra siguen" cometiéndose en ese país, afirmó el secretario general de la ONU, António Guterres.
"Los horribles acontecimientos de ayer [martes] demuestran desgraciadamente que los crímenes de guerra siguen [cometiéndose] en Siria y que el derecho internacional humanitario es violado frecuentemente", dijo Guterres al llegar a Bruselas, donde se celebra una conferencia sobre el conflicto sirio.
La oposición siria fue la primera en acusar al "régimen criminal" del presidente sirio Bashar al Asad de haber perpetrado este ataque con "obús con gas tóxico", acusaciones que niega Damasco.
Según el secretario general de la ONU, "la mayoría del dinero que se comprometió en las sucesivas conferencias sobre ayuda a Siria se abonó realmente". "El problema es que no es suficiente", añadió Guterres.