Si bien organizaciones civiles atribuyen los femicidios a cuestiones exclusivamente de género, el citado estudio revela que hay otras variables que entran en juego en la participación de efectivos policiales. Factores como la segregación, el distanciamiento de la vida familiar y la aplicación de la violencia en el trabajo alimentan este tipo de comportamientos.
En esta tesis de maestría, Corbo remarca las particularidades de la población policial, que presenta "tasas de denuncias por violencia doméstica, divorcios y suicidios en niveles superiores al promedio del resto de la ciudadanía".
Las explicaciones de estas particularidades "no se restringen exclusivamente a un tema de género", explicó Corbo , ya que existen distintos perfiles de agresores.
"No es una explicación exclusiva del fenómeno, ya que también hay otros factores, como la psicopatía de denigrar al otro, que también se da", explicó.
Incluso hay casos, los menos, de mujeres policías que protagonizaron hechos de violencia contra sus parejas civiles, aunque como su ingreso al rubro es "reciente" no se han "contaminado" con esta cultura.
El estudio muestra que a algunos efectivos se les hace "difícil encontrar la manera de vincularse" con sus familias por estar sometidos a dinámicas de relacionamiento "autoritarias"
"Un policía me decía 'yo entré en un motín en el Penal de Libertad'. Es una situación de caos, donde los reclusos te quieren lastimar (...) Después llegas a tu casa y tenés que dialogar con tu hijo porque hizo una travesura. Hay que hacer una reprogramación que las personas con otro tipo de trabajos no siempre podemos hacer", explicó.
Otro factor que los aleja de la vida familiar es la ley "intrínseca" de "agotar todos los medios".
"Significa darlo todo por la institución y no tener miramientos por otros valores, como la vida de familia (...) Los detectives trabajan mucho más de los que deberían trabajar. En la brigada antidrogas pasan una semana fuera y se pierden cumpleaños, eventos familiares (...) Se convierten en los eternos ausentes", agregó.
Corbo remarcó que algunas regulaciones implícitas (no redactadas) en la fuerza policial llevan a que los efectivos lleven adelante un estilo de vida que los separa de normas de convivencia.
Esto genera que "muchas veces", por la forma de trabajo, los efectivos vayan entrando en una "relación muy sectaria".
"A veces queremos que el policía esté cerca de la sociedad civil pero hacemos muchas cosas para aislarlo y separarlo del resto de las personas (...) Se le corta el pelo, se le asigna un uniforme, lo aísla ...", dijo Corbo.
A esto se suma que muchas actividades que practica la población civil entran en contradicción con la función, lo que provoca que sus amistades por fuera de la fuerza comiencen a apartarlo.