Esa idea lo llevó a investigar, buscar otras iniciativas en ese sentido y rápidamente de las fotos en internet y videos en Youtube pasó a contactarse con quienes ya ofrecían servicios en ese sentido para terminar de moldear su emprendimiento.

“¿Quién no tuvo un gallinero anteriormente, en la casa de un abuelo, un tío o de un vecino?. Eso creo que se ha perdido un poco ahora y hace cuestión de unos 4 o 5 meses estaba mirando una entrevista a una productora y atrás de había un gallinero no muy grande, que tenía ruedas y una puertita. Me quedé con esa imagen, me hizo recordar la casa de mi abuelo, en donde siempre hubo gallinas en el fondo, y a partir de ahí empecé a mirar imágenes, videos, a ver si podía implementar algo de eso para volver a las viejas costumbres. Tanto busqué que encontré una metalúrgica argentina cuyo dueño no tiene nada que ver con el campo, hablé con él, él me pasó fotos de los gallineros que hacían, bastante grandes, para 100, 200 y algunos para 500 gallinas, pero yo quería algo más chico. Le buscamos la vuelta para hacer algo chico, que sea móvil, práctico, desarmable y limpio; además también ofrecemos cercos eléctricos para que las gallinas puedan pastorear tranquilas y no se den ataques de perros u otros animales”; explicó en diálogo con “PROCAMPO”.

Los gallineros portátiles que ofrece Barragán tienen capacidad para un máximo de 5 gallinas, lo cual destacó “es ideal para tener en una pequeña fracción de campo o en el patio de una casa, aparte de que permite abastecer de huevos frescos a una familia promedio”; además de que también ofrece ventajas desde el punto de vista de la preservación del suelo. “Es muy bueno para la fertilidad de la tierra con los propios desechos Las gallinas aportan nitrógeno, fósforo, calcio, potasio, magnesio, eso ayuda mucho a la fertilidad de la tierra, su excremento abona el suelo y al rotar el gallinero estamos beneficiando al medioambiente y a la calidad de vida de los otros animales que haya”; acotó el emprendedor maragato.

Barragán reconoció que tras dar a conocer su idea se percibe un interés de la gente en estas costumbres de antaño. “Hay como una vuelta a ese tipo de actividades, ojalá se de porque sería bueno retomarlas. Además estaría muy bueno para que los niños se diviertan y aprendan, recuperando esa práctica familiar de juntar huevos en el fondo, de cultivar alimentos sustentables en el patio de casa o en una pequeña fracción de campo”; reflexionó.