Bonino señaló que existen alternativas más viables, como un embalse en Casupá o tomar agua del Río de la Plata en puntos más al oeste. Agregó que la decisión final es política y aún no se ha firmado el contrato de obra, lo que abre espacio para continuar concientizando sobre el impacto negativo del proyecto. "Nunca hemos discutido la necesidad de resolver el problema del agua, pero queda demostrado que Arazatí no es la solución", enfatizó, reiterando que seguirá luchando para evitar lo que considera un error estratégico.
Bonino enfatizó que, aunque las autoridades escucharon las preocupaciones de los productores, estas no se reflejaron en el desarrollo del Proyecto Arazatí. Destacó que el tamaño del pólder y el monorrelleno incrementaron, lo que muestra un retroceso respecto al plan inicial. El productor criticó duramente un informe elevado por la División de Emprendimientos de Alta Complejidad del ministerio de Ambiente al titular de la cartera, Robert Bouvier, que afirma que los productores directamente afectados por el Proyecto Arazatí minimizan la relevancia de las expropiaciones. Bonino calificó esta afirmación como "una falta de respeto" y "una mentira", subrayando que esto ignora años de manifestaciones y el impacto real en la productividad y economía de la zona.
El pasado lunes, los productores de San José entregaron un sobre con documentación a la vicepresidenta electa, Carolina Cosse, durante su visita al departamento. Bonino reiteró la urgencia de encontrar soluciones al problema del agua sin comprometer el bienestar ambiental y social de la región. Advirtió que continuar con la obra podría generar consecuencias irreversibles para la zona. “Instamos a que todas las autoridades reflexionen”, insistió y reafirmó su postura de continuar luchando para que el proyecto sea modificado.