Jueves, 06 Marzo 2025 14:08

Productora frutícola de San José fue distinguida como Líder de la Ruralidad de las Américas

Foto: IICA

El Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) reconoció con el Premio “Alma de la Ruralidad” a Rosina Rodríguez, colona de la zona de Libertad y primera productora en ser habilitada para usar el sello “MURU, Trabajo de Mujeres Rurales” promovido por el MGAP para visibilizar la labor de éstas.

Rosina Rodríguez tiene 39 años y es hija de un productor rural -colono- de la zona de Libertad. Luego de criarse en Montevideo y hacer una carrera como Licenciada en Negocios Internacionales, hace 10 años decidió volver a sus orígenes, y se metió de lleno en la actividad agropecuaria familiar orientada principalmente a la producción de manzanas en una fracción de Colonización en la zona de Camino Mauricio, a unos 5 kmts. de la ciudad libertense.

Mi historia es al revés, no crecí en el campo. Mi padre consiguió la fracción allá por el ‘82, yo nací en el ‘85, pero me tocó crecer en Montevideo por el trabajo de mi mamá; igual siempre yendo y viniendo porque teníamos un vínculo muy fuerte con el campo. De hecho recuerdo que de niña, papá me traía cosas del campo y yo las vendía en la vereda de casa, vendía cualquier cosa, tierra, papa, flores, pastos, hojas de cedrón, claramente en mí había algo que me gustaba porque siempre fui una enamorada de estar en la naturaleza. Siempre estuvo esa espinita de volver, de venir a aportar en el emprendimiento familiar, y eso lo decidí ya de grande, después de tener experiencia laboral en otros rubros. Hoy en día ya hace más de 10 años que estoy llevando adelante el emprendimiento y hace 8 que estamos viviendo en el campo mismo con una dedicación full time. Empezamos primero como algo netamente comercial, con la exportación, después fue desarrollar el mercado local, y hoy en día armamos un packing en casa y estamos como proveedores en grandes supermercados; de a poco sumando cositas que terminaron haciendo viable el proyecto. Habitualmente la gente joven se va del campo, en mi caso es al revés, volví, como colona, y me traje a mi familia, eso no tiene precio, y después trabajar en la ruralidad que para mí es un absoluto privilegio”; señaló Rodríguez en “PROCAMPO” a modo de presentación personal.

El periplo de Rosina tuvo un mojón diferencial el año pasado cuando fue la primera productora rural habilitada para usar el sello “MURU, Trabajo de Mujeres Rurales”; una marca promovida por el MGAP para generar más valor a los productos y servicios desarrollados por las mujeres rurales de nuestro país.

Es y sigue siendo un desafío, porque el sello está y es una herramienta valiosísima, ahora el trabajo que tenemos por delante es dar a conocerlo; que el consumidor uruguayo sepa que la marca MURU existe, que es la marca que nos reúne a las mujeres rurales uruguayas que producimos, volcamos amor, tiempo y trabajo al mercado local. Es un distintivo muy valioso porque todavía es sacrificado ser mujer en la ruralidad. Vamos en camino de hacernos presentes y valiosas, entonces, el desafío es poder darlo a conocer, defenderlo a capa y espada, y usarlo con muchísimo orgullo porque muestra que hay espacio para las mujeres en el campo, así que animo a todas las mujeres rurales a que lo busquen porque somos valiosas y podemos”; expresó sobre este logro.

Ahora, como corolario de este camino y reconocimiento a esa trayectoria, Rosina recibió días atrás otra distinción: el IICA la designó como una de las líderes de la Ruralidad de las Américas; por lo cual se le otorgará el Premio “Alma de la Ruralidad” que reconoce a aquellos productores rurales cuya labor se destaca en pro de la seguridad alimentaria y la sostenibilidad productiva y ambiental.

Es una emoción enorme, un mimo absoluto, pero ‘me cayó la ficha’ y esto no es un reconocimiento individual; sin duda que hay un montón de gente que está siendo reconocida conmigo, pues yo sola no trabajo, tengo un equipo enorme atrás empezando por mi familia y la lista es enorme. Es un reconocimiento colectivo que da ánimo, está bueno que te digan que estamos haciendo bien las cosas y que hay que seguir. También sirve para embanderarnos con ese contagio de ganas de hacer y compartirlo con la gente joven, porque ese es un rubro que no está fácil para mi generación y la que sigue después, a veces la hostilidad del campo no invita a la gente joven, entonces que mi historia pueda ser inspiradora para poder aportar a lo que es la ruralidad, sobre todo los más jóvenes, eso ya es sería de muchísima gratitud para mí”; reflexionó Rosina.