Según su testimonio, el hombre convulsionó dos veces y, en medio de la crisis, rompió un vidrio al no obtener respuesta del personal de salud. La denunciante también cuestionó la falta de disponibilidad de medicamentos en la farmacia de emergencia, lo que obliga a los pacientes a postergar su tratamiento hasta el día siguiente.
La denunciante también cuestionó el trato recibido por el paciente que sufrió la crisis en la emergencia, señalando que fue esposado y enfrentaba una posible judicialización por los daños causados al romper un vidrio.
Expresó su preocupación sobre si los pacientes deben llegar a situaciones extremas para ser atendidos. Además, relató que, al retirarse del hospital cerca de la medianoche, una mujer con contracciones llevaba esperando más de tres horas sin recibir atención.