En el documento, fechado el 14 de abril, la organización reafirmó su compromiso con un fútbol basado en el respeto, la convivencia y los valores del deporte, y manifestó su “profunda preocupación” por los acontecimientos ocurridos tras el encuentro.
El Consejo Ejecutivo de OFI informó que se encuentra evaluando lo sucedido “con la mayor seriedad” y que ha iniciado el análisis correspondiente para determinar las medidas disciplinarias que correspondan.
Asimismo, el comunicado remarca que “la violencia, en cualquiera de sus formas, no tiene lugar en nuestro fútbol ni en la sociedad”, e insta a todos los actores del deporte a contribuir activamente a generar un entorno seguro y respetuoso en las competencias organizadas bajo su órbita.
Los incidentes ocurrieron luego del pitazo final, cuando se desataron enfrentamientos en la zona de vestuarios, involucrando a futbolistas y allegados de ambas selecciones. Las imágenes de lo sucedido circularon rápidamente por redes sociales, generando rechazo entre autoridades y la opinión pública.