El reciente cierre parcial de la Biblioteca Nacional, anunciado por su directora Rocío Schiappapietra, generó sorpresa y malestar entre los funcionarios. Según explicó el dirigente sindical Luis Bazzano en diálogo con Informativo 41, la medida se tomó sin aviso previo ni consulta con el personal, justo el día del aniversario número 209 de la institución.
Schiappapietra justificó el cierre por una “crisis estructural” del edificio y problemas de funcionamiento interno. Sin embargo, el sindicato cuestiona la forma en que se comunicó la decisión y advierte que, lejos de “abrir puertas”, como expresó la directora, el cierre deja afuera al público sin una fecha clara de reapertura.
Bazzano reconoció que el edificio presenta fallas graves —como humedad, plagas y sistemas de seguridad en mal estado—, pero aseguró que el principal problema es la falta de personal. Hoy la biblioteca funciona con solo 41 funcionarios, muchos con certificaciones médicas, y tiene 62 vacantes sin cubrir.
También denunció la falta de mantenimiento, bajos salarios, y un mal relacionamiento con las autoridades actuales. “Tuvimos una sola reunión con la nueva dirección y no obtuvimos respuestas. Incluso hubo intromisión en temas sindicales”, señaló. El gremio pidió una instancia en DINATRA con presencia del Ministerio de Educación y Cultura.
Para Bazzano, el cierre podría justificarse si hubiera un plan claro de obras, pero no en estas condiciones. “Primero hay que saber qué se va a hacer y luego planificar. No se puede cerrar para después ver”, afirmó.