Romero destacó la relevancia de la agroecología no solo en términos de salud pública, al ofrecer alimentos libres de agrotóxicos, sino tambiénpor su impacto en la justicia comercial, al evitar intermediarios y permitir que los productores reciban un pago más justo por sus productos. Asimismo, señaló que las acciones implementadas hasta ahora, como la realización de ferias de productos agroecológicos y la restricción del uso de herbicidas en espacios públicos, han sido insuficientes, y llamó a adoptar políticas más ambiciosas para apoyar a los pequeños productores y facilitar la transición hacia la certificación agroecológica, un proceso costoso y largo que requiere mayor respaldo institucional.
En este marco, Romero señaló la necesidad de implementar políticas concretas para apoyar a los productores que opten por la certificación agroecológica, un proceso que puede demorar hasta dos años y conlleva costos elevados. Romero destacó que este modelo productivo no solo beneficia la salud de las personas al reducir el uso de agroquímicos, cuyo impacto negativo ha sido vinculado al desarrollo de cánceres, sino que también mejora la capacidad de absorción de los suelos. Asimismo, subrayó la importancia de incrementar la difusión y concienciación sobre los efectos perjudiciales de los agrotóxicos en la salud y el ambiente.